Javier Ruiz de Larrinaga apunta al top-25 en su cuarto Mundial
Ciclocross CX
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sábado, 29 de enero de 2011
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Once victorias a lo largo del invierno, el tercer campeonato de España consecutivo en Zamora y un nuevo entorchado en la Copa de España son marcas inolvidables en una temporada de ciclocross. Sin embargo, para Javier Ruiz de Larrinaga (MMR-Lizarte) parecen más un motivo de presión para obtener resultados quizás inalcanzables que un respaldo que le haga llegar con calma al Campeonato del Mundo de Sankt Wendel. El ciclista vasco viajará esta tarde desde su Amezaga natal hacia Madrid para partir mañana jueves, junto a los otros once integrantes de la selección española, hacia tierras del Sarre alemán, donde el checo Zdenek Stybar defenderá su maillot arcoiris el próximo domingo 30 (15.00h).
"Da la impresión de que la gente, incluso la prensa, está muy obsesionada con el resultado que puedo lograr en este Mundial -sostenía el alavés este miércoles, horas antes de partir hacia la concentración de la Federación Española de Ciclismo-. Parece que, con la temporada que he hecho, tengo que estar ya directamente entre los 10 primeros. Debemos ser conscientes de que aún no somos nadie en el ciclocross: además, es muy distintos destacar aquí en España que hacerlo fuera, y yo personalmente prefiero sacrificarme y estar entre los mejores aquí que salir al extranjero y no pasar del puesto 22 en el Mundial, lo cual no significa nada".
En su historial, tres experiencias enriquecedoras: los Mundiales de Treviso 2008 (36º), Hoogerheide 2009 (41º) y Tabor 2010 (45º), en este último sin buenas sensaciones durante la semana previa a una prueba con mucha nieve y plagada de problemas para el actual campeón de España, que busca desquitarse en su cuarto Mundial consecutivo: "Yo, por mi parte, estoy tranquilo con lo que he hecho hasta ahora, la temporada está culminada con buenos resultados y sí, es cierto que los Mundiales nunca me han acabado de ir bien, pero en el fondo el nivel es el mismo que el de una Copa del Mundo y saldremos con la misma actitud: intentar hacer una carrera regular, evitar problemas y, por qué no, acercarme a los 25 primeros, un resultado razonable que también me serviría para rematar un Mundial en condiciones".
Con poca técnica pero sí con ciertas complicaciones orográficas, Larrinaga no se atreve a pronunciarse aún sobre el circuito. "Lo importante será llegar a Sankt Wendel y probar el terreno, pero sí que he estado revisando el circuito desde aquí y se comenta que es un trazado exigente, con bastantes desniveles, siempre arriba y abajo. El frío es seguro, pero la clave estará en la climatología: si nieva, será una carrera distinta como lo fue Tabor, donde el hielo marcará mucho; si por el contrario llueve, tendremos una carrera más normal aunque las campas puedan estar también heladas. ¡Al menos, con los -2ºC de Álava y las manos convertidas en hielo, ya me estoy aclimatando!", comenta entre risas el corredor zuyano.
A falta de confirmación oficial el próximo viernes, Larrinaga, que estará muy apoyado por sus paisanos en tierras teutonas -"creo que viajan casi una veintena hasta allí, es impresionante"-, debería partir en la cuarta fila de carrera, lo que le colocará en medio de un gran pelotón de más de sesenta inscritos. "Las dos claves del Mundial serán la salida y los acontecimientos que puedan suceder en mitad de carrera. Es cierto que, saliendo desde mitad de pelotón, puedo encontrarme con un tipo u otro de carrera: en Pontchâteau salí desde más atrás pero pude progresar con más facilidad, mientras que en Hoogerheide tuve una mala salida y me costó más encontrar el ritmo. Sobre todo será importante pasar ese momento crítico y buscar un grupo con buen ritmo en el que ir progresando para hacer una buena carrera", concluye.
www.ruizdelarrinaga.com
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